El concepto de infancia
está directamente relacionado con la idea de direccionalidad, de tal manera que
debemos preguntarnos: ¿cuál es nuestro
concepto de infancia?
Sin embargo, nos
enfrentamos a un cambio educativo, en el que afortunadamente, se comienza a
considerar a los niños como personas que son, seres capaces de pensar y
razonar, que merecen nuestro respeto y consideración. Por lo tanto, personas
capaces de decidir cómo quieren que sea su educación, dirigirla hacia donde más
les guste.
Una muestra de la
capacidad de estos niños la encontramos en el texto de Merce de Febrer sobre
los canguros. Esta experiencia comenzó en el curso 1990-1991, cuando se estaba
decidiendo el nombre de la clase. Uno de los niños sugirió el canguro, porque
le gustaba mucho. Todo esto suscitó una serie de preguntas y comentarios en los
niños, dando a entender que querían y necesitaban profundizar en el tema.
Una niña de la clase de
al lado, llevó una revista en la que aparecían canguros siendo asesinados de
forma brutal en Australia, por lo que los niños decidieron mandar una carta a
Australia para pedir que no mataran más canguros. Poco a poco, los niños salvan
las barreras del idioma, de encontrar un destinatario, y su carta es publicada
en un periódico australiano. Lo más sorprendente de este proyecto, es que los
niños demostraron una actitud crítica cuando, en una de las muchas cartas que
recibieron, se les tildaba de hipócritas por pedir que no mataran a canguros en
Australia cuando en España matamos toros. Como respuesta a esto, los niños
decidieron escribir una carta a un periódico español para que no mataran más
toros.
Creo que este es uno de
los muchísimos proyectos que demuestran la capacidad que tienen los niños de
pensar, de razonar y de argumentar, si nosotros les ayudamos. Por lo tanto, debemos
cambiar el concepto que tenemos de los niños, y no amedrentarnos con las
barreras educativas que nos encontremos a nuestro paso.
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