Al buscar definiciones
de educación, descubro que la mayoría de ellas son utópicas, idealizadas.
Definen la educación como debería ser, no como lo que desgraciadamente aún se
lleva a cabo. Algunas la definen como “medio de socialización”, una manera de
que los niños comprendan su entorno y sepan desarrollarse en él. Considero este
concepto de educación adecuado; sin embargo, falta dar un gran paso para
conseguir esa educación.
Ken Robinson, Doctor de
la Universidad de Londres y gran defensor de la importancia del arte en la
educación y la sociedad, afirma que el sistema educativo está desfasado, ya que
se trata de un sistema creado en la Revolución Industrial, por lo que da
respuesta a las necesidades de ese momento.
Sin embargo, ahora
mismo nos encontramos en la Sociedad del Conocimiento y de la Información; una
sociedad que exige a sus miembros ostentar una serie de “herramientas” que no
se trabajan lo suficiente en las escuelas. La sociedad se limita a seguir dando
una gran importancia a materias instrumentales; es decir, lengua y matemáticas
entre otras, cuando también es muy importante trabajar otros aspectos.
Algo que realmente me
molesta, es que, ante la crisis económica actual, se está pidiendo a la
sociedad que sea creativa e innovadora, cuando sus individuos siempre han sido
educados para obtener un título universitario que supuestamente les abriría las
puertas al mercado laboral. Por lo tanto, ante esta situación, debemos
realmente realizar un cambio drástico, quedarnos con aquellos aspectos
positivos de la educación, y buscar nuevos caminos que nos ayuden a que todos
los miembros de la sociedad sean competentes, puedan valerse por sí mismos,
desarrollen una actitud crítica y puedan vivir la vida de una forma completa.
Conforme voy
desarrollando estas ideas, veo la gran influencia del concepto de
direccionalidad, que determina lo que yo entiendo por Educación. Y es que
desgraciadamente, aunque en mi infancia fui feliz en la escuela, mi camino por
el Sistema Educativo ha sido duro, aburrido, desmotivador y pocas veces
acertado.
Esto me hace asustarme
cada vez que pienso en mi papel como maestra. Soy consciente de que nadie tiene
la respuesta adecuada, de que nadie sabe cuál es el Sistema Educativo que
debemos establecer, ni la metodología, ni siquiera de qué concepción de
Educación es la adecuada.
Pero lo que realmente
sé es qué Educación no es la adecuada: no debemos limitar a los niños, ni
imponerles nada, no todo se limita a que esté bien o mal; sino que es diferente,
personal, propio. No debemos deslegitimar a los niños y obligarles a que sigan
un camino marcado. No podemos calificar todo lo que hagan según unos criterios
estándar.
Si la sociedad es
cambiante, ¿por qué la Educación no? No podemos limitarnos solamente a cambiar
los contenidos, debemos cambiar la Educación “de pies a cabeza”, y para ello
tenemos que cambiar nosotros.
Sin embargo, no podemos
cambiar la Educación si seguimos recibiendo, en su gran mayoría, clases
magistrales. No podemos aprender a trabajar con niños, encerradas en una
universidad.
“Educar
es otorgar instrumentos para la liberación personal” Freire
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